Corporate
Las operaciones corporativas permiten adecuar la dimensión y estructura de la sociedad al momento vital en el que se encuentra: dotarlas de recursos, ampliar plazos, retribuir al accionista, dar entrada o salida a socios, compartimentar riesgos, salir al exterior, ajustarse a la demanda, ..... Muchas de estas operaciones tienen consecuencias adicionales a los fines pretendidos.
La globalización de las relaciones empresariales obliga a disponer de capacidad de operar en otros mercados que nos resultan desconocidos, poder cumplir con la normativa de otros países, presentar reclamaciones, ... y, en general, no perder eficacia por adentrarse en un mercado diferente. Además, es necesario poder integrar todo esto en la organización sin perder intensidad en la dirección del negocio.

Estructura de la organización
En ocasiones la estructura de la empresa ha ido evolucionando según las decisiones que en cada momento se han considerado convenientes; sin embargo, la acumulación de todas ellas ha creado un resultado diferente al ahora deseado, siendo necesario un proceso de readecuación.
El redimensionamiento no consta solo de los traumáticos y dolorosos procesos que son noticia, también los hay más amables como la puesta en marcha de departamentos de riesgos, implantación de sistemas de contabilidad de costes, protocolización de procesos, políticas de inversión de excedentes, .... también el crecimiento y el éxito sugieren correcciones.

La unión hace la fuerza
Ante mercados cada vez más complejos y competitivos, son frecuentes las operaciones destinadas a la unión, la asociación o el establecimiento de vínculos competitivos.
Este tipo de operaciones requieren un detallado conocimiento de la otra parte, un pormenorizado estudio de los acuerdos que se van a alcanzar y una serie de compromisos sobre el comportamiento de los actores en el futuro.
La confianza es más provechosa cuando tiene un buen soporte y se ha previsto qué hacer cuando surgen incidencias.
